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EL SOL EN LÍNEA…

 

La enseñanza del lenguaje musical puede ser parte de un aburrido proceso donde la lectura y la escritura se asoman cual complejos e incomprensibles símbolos. El pentagrama, la clave de sol, las notas y las figuras (negras y corcheas) son parte de la música y no se pueden dejar de aprender, claro que no significa dejar de jugar o, para decirlo de otro modo,  se puede aprender jugando.

 

Luego de trabajar durante el primer cuatrimestre con distintas estrategias lúdicas para conocer algunas de las características del sonido y su representación grafica, el segundo cuatrimestre nos abre nuevas perspectivas de trabajo profundizando los contenidos tratados en los primeros  meses del año y meternos en pequeños nuevos mundos del conocimiento.

Los chicos de primer ano, ya sabemos, tienen suficiente energía para el movimiento, les gusta jugar en el patio si el clima lo permite y les encanta incorporar nuevas experiencias. Esta realidad se cruzó con una propuesta de juego para aprender la ubicación de las notas en el pentagrama y con ello iniciar el proceso de lectura vertical y horizontal que impone el código de la escritura musical, que dicho sea de paso, desarrolla complejos mecanismos de pensamiento lógico favoreciendo el desarrollo integral de los chicos.

El juego del Mi y el Sol (5)

Al patio y en la vereda

El día estaba espectacular, con una tiza marcamos dos líneas en la vereda del edificio y con un palo de escoba, dos líneas en la tierra. Antes de salir del aula, ya estaban formadas las parejas de trabajo, uno tenía lapicera y papel con las dos líneas dibujadas, el otro tenía que saltar en el orden que quisiera sobre las líneas de la vereda o de la tierra (escribiendo con el cuerpo la consigna).

Claro que, antes, habíamos visto en el aula que la altura del sonido puede ser grave o agudo, que se puede formar una escala, que se puede escribir además de cantarlos.

El juego del Mi y el Sol (4)

La primera línea tenía su nombre y enseguida todos lo aprendieron porque no es nada complicado. Su nombre es MI, la segundo línea es la dueña del SOL.

Cada integrante de la pareja de trabajo tenía que tener su propia ‘escritura’. Uno saltaba, el otro copiaba en el papel y marcaba los saltos sobre las líneas. El juego se puso aburrido luego de un par de saltos. Entonces preguntaron si podían saltar el FA que está entre el MI y el SOL, y luego si podían agregar al que estaba después del SOL y antes del MI.El juego del Mi y el Sol (1)

Así, saltanto saltando, ese día los chicos aprendieron a escribir -a los saltos en el patio-, el RE, MI, FA, SOL y LA, casi todos los sonidos del escala.

La hora de salida quedó con la tarea para la próxima clase: pasar en limpio y prolijo el ejercicio de los saltos y traer la flauta dulce, con la promesa de seguir aprendiendo (y jugando).

Bueno… en la próxima clase aparecieron algunas flautas y la lectura del trabajo -saltado- en el patio se convirtió en la primera partitura propia.

Una linda experiencia que sigue como en los capítulos inconclusos: continuará…

El juego del Mi y el Sol (6)

Elvira Córdoba

Profesora de Música de 1er año

Departamento de Estética


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